
Scott Campbell, además de andar incendiando las piezas de alguna de sus exposiciones, también se ha dedicado durante los últimos años a documentar la precriedad e ingenio con el que la gente de las cárceles de distintos paíse construye sus propias máquinas para documentar los hechos importantes de su vida sobre su piel y aprendiendo de estas técnicas él mismo hace uno de estos artefactos.
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